LA MAGIA Y YO
(De su libro Un cielo para todos)

Zorayda Armengol


Si yo fuera mágica,
no habrían parques sin arbolitos,
sin la brisa pintada de retoño verde,
sin la encantada luz de los farolitos.

Si yo hiciera magia,
nadie se quedaría sin tener hijos,
nadie abandonaría los que tiene,
serían guardados los derechos del niño.

Si yo fuera mágica,
no hubiera donde encontrar penas,
la felicidad sería mucho más larga
y no habría enfermedad en la tierra.

Si yo hiciera magia,
no existieran enemigos ni castigos,
abundarían las ciudades de la risa;
las constelaciones serían de amigos.

Si yo fuera mágica,
el alimento alcanzara para todos,
no hubiera criaturas trabajando,
ni adultos hundidos en el lodo.

Si yo hiciera magia
con lluvia borraría los sinsabores,
la maldad consciente, los enganos
y las tragedias pasadas, por errores.

Si... yo... fuera... mágica...
a los hombres el amor les crecería,
así como nace el vello por los poros
y todos a su fuerza sucumbirían.


A CRISTO JESUS
(De su libro Un cielo para todos)

Zorayda Armengol

¡Qué te bajen de esa cruz
que me duele verte allí!
Estuviste por unas horas
y por siglos de los siglos
te han mantenido ahí.

Me da tanta tristeza
que te recuerden así,
tanto amor que nos diste
y tienen más en cuenta
tu padecido sufrir.

No sabes cuánto pesa,
verte sangrando, inclinado,
cuánto hiere y triste es, cuánto,
que te sigan clavando
cuando has resucitado.

Es la cruz tu símbolo,
madero del sufrimiento,
de quien amó y perdonó
en todo su peregrinar
para servirnos de ejemplo.

Pero, no te cuelguen a ella,
que esa carga ya no es tuya,
fue sólo un instrumento.
Eres espíritu liberto
que nuestras flaquezas cura.

Llevo una cruz en mi pecho,
pero sin ti por supuesto,
porque ése no es el sitio
para mi gran maestro...
Te llevo... mucho más adentro.