SALVADOR DALI (1904-1989)
Su obra desde un enfoque psicológico

Norma Belinki



En Arte, todo lo que tiene que ver con el INCONSCIENTE seguramente tiene que ver con el SURREALISMO .  La obra de Dalí es típicamente Surrealista, a pesar de que el mismo artista desde los años 40 tomó distancia con la pintura de vanguardia.

Este surrealismo surgió por los años 20 como una alternativa a la práctica tradicional: los surrealistas buscan, como todas las vanguar- dias, el surgimiento de un hombre nuevo en una sociedad nueva.

Es así que los surrealistas toman en cuenta lo pulsional del inconciente, que hacía poco había sido revelado por Freud. Y sueños y deseos, son el material favorito de sus obras.

Los sueños son bastantes insondables para una persona sin una adecuada formación psicoanalítica, en donde generalmente se mezcla un sentimiento ó algo contemplado en un lejano pasado con algo que pasó recientemente; y generalmente son realizaciones disfrazadas de deseos reprimidos.

Salvador  Dalí, por el año 1922, ya había leído “La interpretación de los sueños” de Freud, en el año 1926 ya está incorporando elementos oníricos en sus obras y en el año 1929, se une a éste movimiento, aunque luego no aceptará que su obra es surrealista.

Dalí propone objetivar y sistematizar el delirio en su obra y lo llama: METODO PARANOICO-CRÍTICO

No hay que olvidar que de todos los surrealista, Dalí fue el único que conoció a Freud personalmente e impresionó a éste con su obra.

Bajo ese personaje insólito que él construyó hay un artista de inteligencia brillante y extensa cultura, que siempre concibió su pintura como una forma de conocimiento.

Las imágenes dalinianas operan a través de la paradoja, poniendo en evidencia lo inquietante utilizando la contradicción, algo sostenido por Freud en su “Interpretación de los sueños”.

De allí su gusto por las imágenes dobles, ó invisibles: es decir aquellas que pueden leerse de distinta manera, según como se las mire. 

La raíz de sus símbolos está en su propia vida, en los paisajes rocosos de Cadaqués, en la llanura ampurdana, la temprana muerte de su madre y la idolatría hacia Gala. 

Los sueños y las obsesiones son personales e intransferibles y el método paranoico – crítico es de lo que se vale Dalí para cifrar sus obras en claves accesibles para el público. Y éstas claves son el tema recurrente que aparece en todas sus obras.

El exceso egocéntrico de Dalí no es solo un disfraz extravagante; es la condición necesaria de su “delirio paranoico”, la consecuencia de una búsqueda permanente en la memoria y además el deseo de sustanciar sus obras.

Las cosas tal como aparecen en los sueños: lo alimenticio como metáfora de la mortalidad y conocimiento, las ruedas de la memoria, las imágenes ambiguas, la muerte y el deseo, son las caras solapadas de una sola moneda.

Su relación con Gala también es obsesiva y muy propia de Dalí.

Dalí también ha escrito cosas muy interesantes, que no se contradicen en absoluto con el surrealismo de sus obras: una cromolitografía del “Sagrado Corazón” se acompaña de la leyenda: “ a veces escupo por placer sobre el retrato de mi madre”, lo que lo enemistó con su padre, a quien no vio hasta 1948.

Las imágenes cifradas ó ANAMORFOSIS” son aquellas que aparecen solo cuando miramos el cuadro de una determinada manera y es una forma de mostrar lo engañoso de los sentidos.

Generalmente sus obras parecen como si fueran dos obras superpuestas (dando efecto de relieve) y de esta manera el artista revela las cualidades ocultas del ojo.

Obra: “El enigma sin fin”: Se pueden ver claramente: un busto de Freud, un bodegón, un hombre recostado, un galgo, entre otras cosas.

En su obra: “El hombre invisible”, que fue abandonada sin terminar en 1.933, Dalí está ofreciendo la posibilidad de por lo menos, dos lecturas de una misma obra y practica éste sistema hasta en sus últimas pinturas, por ejemplo en “Los tres enigmas gloriosos de Gala”( 1.983), uno de los ejemplos más evidentes de la aplicación del Método Paranoico Crítico.

Con frecuencia en sus obras aparecen paisajes desolados, notándose la influencia de De Chirico ó de Yves Pitanguy, y los puebla de figuras emanadas de sus sueños.

Otra característica es tomar elementos de la realidad cotidiana, pero solo aquellos elementos que simbolizan algo que tenga que ver con lo onírico, y les da propiedades contradictorias, por ej: la blandura, que puede llegar a afectar cualquier objeto sólido en la obra de Dalí... algo que también tiene que ver con la manifestación conciente de los sueños.

Aunque en el caso de los relojes, elemento frecuente en la obra daliniana, esa deformación tiene implicancias más profundas, porque están aludiendo a la relatividad de la interacción espacio-tiempo, la llamada “ 4° dimensión”.

Para Dalí, lo blando es lo digerible, lo sustancial, contrariamente a lo sólido que es lo impenetrable e irreductible en cuanto al conocimiento.

Dalí trataba de mantener intacto y vivo el recuerdo de su sueño al despertar, por supuesto con un amplio conocimiento acerca de las manifestaciones oníricas, según Freud.

Obra: “Alucinación parcial: 6 apariciones de Lennín sobre un piano”: Acá, como símbolo, las cerezas representan el “misterio de la bifurcación”; las hormigas son el “símbolo de la mortalidad” y el busto seriado de Lennin, procede de una alucinación crepuscular.

Obra: “Eclipse y ósmosis vegetal” (1934) es el mejor ej. De las obras pintadas bajo la influencia de Freud.

Esta obra se trata del momento mágico de un eclipse de sol, cuando un rayo anaranjado ilumina un caballo que se está convirtiendo en planta ( del caballo asoman ramas)

Esta transformación de personas ó cosas en vegetación, son una constante en la obra de Dalí.

De allí el uso metafórico de la palabra OSMOSIS, aludiendo al paso recíproco de líquidos de distinta densidad a través de una membrana permeable: es decir una transformación. Y también esta aludiendo a la transformación que hacemos del sueño verdadero a lo que recordamos.

Muchas veces aparece una figura humana, como en el caso de ésta pintura, que generalmente es él mismo.

Y ese rayo luminoso, que tiñe todo el paisaje de anaranjado, podría ser un paisaje de un atardecer en Cap de Creus, ya que habitualmente introduce en sus obras paisajes de su llanura ampurdana, ó de las rocas de Cadaqués. 

Dice Alfred Kubin: “El sueño es como un cuadro, pero hay que cuidarse de desmembrarlo de acuerdo a un sistema moral ó psicológico para encontrarle una interpretación: es preferible permitirle al espectador que subsista en su genuina pureza simbólica porque la visión visible y creadora es más fuerte y fecunda que su prolijo análisis.”

Pero también es real que a veces, inconscientemente ó no, tratamos de interpretar un cuadro, como una manera de adentrarnos en el sentimiento del artista cuando realizó su obra.

Para dejar un poco más claro el tema de las representaciones oníricas, recordemos algunos símbolos y lo que para Freud representaban:

- Todo objeto alargado, tronco de árboles, muletas, paraguas (por su forma de abrirse), alude al     órgano genital masculino.
- Estuches, cajas, cajones, cuevas, y todo aquello que “contenga”, que pueda ser un recipiente: alude al útero
- Habitaciones: es referirse a mujeres, y el hecho de entrar y salir lo confirma. Y puede deducirse cual es la llave que abre las habitaciones.
- Escaleras, y subir ó bajar por ellas, se refieren al acto sexual.
- Muros ó fachadas son personas de pié.
- La corbata en el sueño de un hombre, representa el órgano sexual: por “lo que tiene... en contraposición a lo que se elige”
- Si algo está a la derecha ó a la izquierda, también tiene importancia: a la derecha, es lo racional, lo derecho ó permitido. A la izquierda, es la perversión, lo prohibido.
- Los genitales del hombre se representan a menudo como pies ó manos.
- La boca, el oído y hasta el ojo, generalmente son el orificio genital femenino.
- Las lágrimas muchas veces sustituyen al semen ú otras secreciones del cuerpo humano.
- Sueños angustiantes, son generalmente deseos eróticos reprimidos.

Tratándose de una obra de arte, el conocimiento de la simbología de los sueños, puede dar una traducción de algunos componentes de contenido manifiesto. Pero no sabremos el porqué de esa manifestación. 

En el caso de Dalí, las muletas son muchas veces sublimación de la impotencia, y un teléfono, el trasunto de los mariscos: una caparazón dura para proteger la sustancia blanda de la carne, ó en este caso, de las palabras.

También Dalí le ha dado mucha importancia a las ruedas de la memoria: los cajones que aparecen con frecuencia en sus obras, aluden al INCONSCIENTE.

Dalí escribió: “El cuerpo humano, neoplatónico puro en la época de los griegos, hoy está lleno de cajones secretos que solo un psicoanalista puede abrir”.

Dijo Dalí, y fue publicado en numerosos periódicos y revistas:

" El payaso no soy yo sino esta sociedad monstruosamente cínica y tan puerilmente inconsciente, que juega al juego de la seriedad para disimular su locura. No lo repetiré bastante: yo no estoy loco. Mi lucidez ha alcanzado un nivel de calidad y de concentración que no existe en este siglo ninguna otra personalidad más heroica y más prodigiosa; excluyendo a Nietzsche (y repito, murió presa de la locura) no se encuentra un equivalente en los otros. Mi pintura es testimonio de ello." Salvador Dalí

Norma Belinky nació en Villaguay, Entre Ríos, República Argentina. Desde muy pequeña se tralada con sus padres a Buenos Aires, Capital Federal, en donde vive en la actualidad y en donde ha cursado estudios secundarios y universitarios. Ha estudiado Relaciones Humanas y Psicología Social en la Escuela del Profesor Licenciado Raúl Guitelman, siguiendo la escuela de Pichón Riviére. Ha finalizado sus estudios de Historia del Arte en la Universidad de Buenos Aires, adonde actualmente se especializa en Primeras Vanguardias.

 

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