3-10-00
Nicolás
Friedmann
Los
momentos que despierta la nostalgia, es decir,
ha refrescado en Barcelona, y siento un dolor de mayo
caminando por la avenida Triunvirato, allá en Buenos Aires
el aire frío del comienzo del invierno (aunque sea otoño)
metiéndose por mi nariz
y todas las tardes frescas de los años pasados que no se fueron.
I
Nicolás
Friedmann
Desnudo
en la cima del monte de las palabras pregunto:
¿ves
a aquel hombre empequeñecido vagar por las ciudades
cómo si llevara en la frente una sentencia mortal?
¿acaso
notaste en esa persona el peso de no poder ser nada
por no saber lucrar?
¿sentiste
cómo tal vez él mismo siente la incapacidad
de comunicar, de estar pasado en el tiempo?
¿le
preguntaste cuál es su necesidad
o si él piensa en la tuya?
¿es
tan aburrido como parece, arrancado de una película vieja
que todos huyen (o él huye de todos)?
¿ves
a aquel poeta clavando su mirada en el horizonte
tropezar con una piedra?
¿me
ves?
II
Nicolás
Friedmann
Recuperar los sueños
para darle forma
a una emoción que se escapa
que no puedo ver
que se me pierde.
Hablar
desde adentro
intentar ser ese yo
con la fuerza desmedida
de sentir
que estamos vivos.
Mirar
a los ojos
un reflejo que sea un camino
que sean tus dedos
guiándome, llevándome
hacia lo desconocido.
No
tener miedo a la sangre
derramada por algo
perseguido (la búsqueda)
para poder sentir los pies
en la arena caliente.
Gritar
el silencio
de ser siempre el mismo
de ser los otros (sin forma)
de ser enemigo del destino
por querer ser.

|