CARTA A CARLA

Silvia A. Braun

Los libros en la quietud del estante. Los acaricio.   Las ideas en mi cabeza.  Las trituro.
Cada día más sola, más silenciosa.  Pero sin quejas.  Nada de reproches.  Cara o ceca.   En mi vida todo fue a destiempo menos mi hija.
La gente a mi alrededor, habla. ¿De qué hablarán? ¿Serán meras palabras que van y vienen? Me aterra que vendas la casa.  Es el adiós. ¿Definitivo? ¿Te transformarás sólo en un recuerdo?   El cielo que nos mira. A ambas.   Es el mismo cielo dividido en pedazos diferentes.
¿Con papa o con cebolla? pregunta una vieja. El marido, lee la carta , la cierra, la abre y ella repite: con papa o con cebolla.   Mixto sin lechuga pero con tomate.  Se nota que se entienden.
Pido otra cerveza. Unica manera de escribirte.  Sin él, sin nadie; perdida entre mantelitos multicolores, hombres y mujeres, niños que corren y gritan, no sé la hora, ni la fecha, sé que es viernes primera quincena.
 
El diario informa sobre el Icaro que se acerca a la Tierra y que en el 2008 nos hará mierda. ¡Genial!  Recogeré:  la peluca de Menen para entregársela al diablo, la estupidez de Samantha, juntaré los trozos de Mauro Viale y lo adoraré porque con él, he podido dormir; recogeré pedazos de "Sin Vueltas" o de "Hablemos claro""Hola Susana", "La noche del domingo",  haré una unidad perfecta para solicitar a los santos que no le den una segunda oportunidad sobre la tierra, juntaré la corrupción y la injusticia y les pondré una corona de ortigas, buscaré a mi hija en el caos y la pondré en el vértice de una estrella, buscaré a mi madre y le haré un juicio por haberme traído al mundo sin mi consentimiento, buscaré a mi padre desconocido para conocerlo, haré una lista por orden alfabético de todas aquellas personas a las cuales tengo que decirles "gracias", cortaré en pedacitos la estampita de primera comunión que dice en el reverso "Señor, haz de mí un instrumento de tu paz",  rasgaré las vestiduras con mis uñas,escucharé el ruido metálico de las pulseras que rodean mi muñeca,caeré de rodillas ante la Santa Inquisición y pediré el perdón de los pecados que nunca cometí y me absolverán, irónicamente, por todos los que sí, cometí. Recogeré en la incertidumbre, la incierta mirada de mi perro.
La pluma se para. La inspiración huye.  Hay un gato sobre el tejado. Te adjunto el poema "Te necesito". La gente que lo lee, me da risa. Piensan que la persona que lo escribió defiende el machismo. No saben leer entre líneas. No advierten que él se ríe, se mofa de la inmunda sociedad de los hombres/machos y los ridiculiza porque entendió nuestros ovarios y la larga historia con vestiditos de organdí y puntillitas zapatitos de charol cucharita de licor,  hay de menta,  hay de rosa para la niña más hermosa,virgen que te quiero virgen. Te necesito, Carla. Vos en tu Neuquén y yo en el Bulevar de nuestra incertidumbre cuando te llamabas Carla. Ahora, no sé cómo te llamas.  Fin. ¿Sabés qué? Esta carta ya no es una carta, es un bello relato o cuento.  Lo voy a mandar a un concurso. En el jurado está Elvio Gandolfo el autor de "Te necesito".  El jurado dirá: queda descalificado porque ha intentado ganarse el beneplácito de uno de los miembros del jurado.  ¡ Qué vergüenza"! Y me descalificarán por desvergonzada. Entonces yo me reiré a carcajadas, mientras el bello poema de Gandolfo multiplicado por mis manos se funde en el caos de todas mis palabras y que arrojado desde un helicópetero azul, cae y se apoya en el regazo de todas las mujeres de la Tierra para que ensordezcan ante el grito lamentable o el ruego infame de las palabras : te necesito ( en la forma que se deduce del poema), porque no es malo necesitar, amiga mía,  pero cuando el "te necesito" se confunde con el uso y eso es lo que no entienden los que me dicen " cómo puede ser que Elvio haya escrito eso."  Y eso, es terriblemente bello.     

No me contestes, Carla.   No vaya a ser que el jurado sepa la identidad tristísima de quién te ha escrito con el amor de siempre y entonces, me den el premio.

                              Seudónimo:   Paula,  pero mi nombre es Silvia Adriana 

Pedazo de carta a la amistad de una persona cierta, existe,  piensa y es una gran amiga.

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