DE MI VIAJE POR CANTABRIA

Maite Mainé



La Liébana es la Comarca histórica y natural más conocida en Cantabria, con sus 570 km.de extensión, sobre suelos de montaña y alta montaña, los valles que se intercalan parecen confluir en un centro: El solar de la histórica:  Villa de Potes.

A unos 5 km de Potes se encuentra el secular monasterio de Santo Toribio de Liébana, fundado en tiempos del primer Alfonso, en el siglo VIII y en cuyo interior conserva, tan cierta como todas las reliquias, el Lignum Crucis, es decir, un trozo de madera de la auténtica Cruz de Cristo, que ha sido totalmente expertizada, siendo considerada como la de mayor tamaño de todas las existentes.

Precisamente este año se celebra el año Jubilar Lebaniego (2000-2001), y con tal motivo se abre la Puerta del Perdón del monasterio, que permanece siempre cerrada. Así, se dice que todo a aquel que ha penetrado en el templo a través de esa Puerta, le son perdonados sus pecados y ha ganado el Jubileo.


Foto: Maite Mainé
Puerta Liébana

PARQUE DE LA NATURALEZA DE CABARCENO: 
DE LA PREHISTORIA A LA MODERNA MINERIA.

A unos 17 kms.aproximadamente de Santander, está enclavado el Parque de la Naturaleza de Cabácerno, de visita obligada y algo difícil de relatar sin ser visto personalmente.

Africa, América,  Asia y Australia se extienden hasta Cantabria.

Una selva de roca, metal y fauna esconden un tesoro en Naturaleza.

En una de sus edades, el planeta forjó la tierra de Cabárceno. Los climas y millones de años de su devenir tejieron sus relieves.   El hombre paleolítico caminó por sus laderas.  Más tarde, pueblos indígenas, el Imperio de Roma, la Edad Media y las centurias inmediatas, horadaron este suelo hasta hallar las fantasmales agujas que "decoran" todo el paraje.

La herencia de la minería, su patrimonio arqueológico e industrial, han dejado en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, antes mina, la huella del esfuerzo de todas las generaciones de hombres, atraídos desde la antigüedad por el preciado mineral de hierro.

A lo largo de miles de metros cuadrados soñar con los  continentes antes aludidos, ya es posible.

El Parque de la Naturaleza de Cabárceno es un espectacular paraíso faunístico que acoge en semilibertad cientos de animales, representantes de todas las comunidades zoológicas de la Tierra.

Esta reserva de especies en peligro de extinción, es única en Europa.  Así, podemos ver el gran espectáculo de una fauna lejana: tigres, osos, leones, jaguares, elefantes, rinocerontes, jirafas, búfalos, hienas, que viven y se reproducen en un hábitat milenario, hoy recuperado.

EL ENCANTO DE SANTANDER

La Bahía de Santander está considerada como una de las más bellas del mundo.

El paisaje es como para no olvidarse de él, especialmente, cuando el viento sur la azota y muestra toda la fuerza de su belleza.

Desde el muelle se accede al Paseo de Pereda, una de las calles más emblemáticas de la ciudad, que cuenta con innumerables edificios de gran belleza arquitectónica.

La tradición pesquera es algo que se mantiene aún viva en la ciudad.


Foto:  Maite Mainé
Bahía de Santander


Santander es una ciudad que vive muy de lleno la Cultura.  El conjunto arquitectónico integrado por la Biblioteca, Casa-Museo de Menéndez Pelayo y el Museo Municipal de Bellas Artes de Santander, representan, entre otros, los exponentes más importantes de la ciudad.  Fue inaugurado en 1923 por el Rey Alfonso XIII, su estilo es Herreniano, reflejándose claramente la influencia montañesa. También la educación musical es uno de los distintivos de Santander.  Ese es el motivo por el que existen diversos conservatorios dedicados a fomentar el amor por la música.

Otro gran exponente de la arquitectura que allí podemos contemplar es la Iglesia del Santísimo Cristo, en la que se conservan los restos de los Santos Mártires desde hace siglos.  O la Catedral de Santander, la iglesia más importante de la región, situada en el Promontorio de Somorrostro y levantada sobre la Iglesia del Cristo.


LA PENINSULA DE LA MAGDALENA

El entorno más representativo de la ciudad de Santander, es, sin lugar a dudas, la península de la Magdalena.  Se trata de un espacio dotado de amplias zonas verdes con abundante arbolado, en el que está instalado incluso un mini-zoo.  La Península está rodeada de hermosas playas, como Los Bikinis y 
El Camello.  La primera debe a su nombre porque, según dicen, allí hicieron sus primeras apariciones las suecas en bikini.

En la cima, el majestuoso Palacio de la Magdalena: Un impresionante edificio, que antiguamente fue residencia de verano del Rey Alfonso XIII, y actualmente es la sede de los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Durante el verano, el Palacio se convierte en un gran foro de atracción para todos los sectores de la cultura, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, mientras que el resto del año se convierte en el lugar más idóneo para la celebración de congresos y convenciones.


LOS BAÑOS DE OLA DEL SARDINERO

Desde la Magdalena hasta el Faro se extiende El Sardinero, en un recorrido de impresionantes y hermosas playas y edificios. En esta misma zona está situado el Gran Casino de El Sardinero,una hermosa obra arquitectónica, situada frente a las playas con el mar Cantábrico como invitado especial. Los famosos Baños de Ola, atraen cada año a infinidad de visitantes,gustosos de retroceder en el tiempo y disfrutar del ambiente que reinaba en la ciudad a principios de siglo.


MUSEO ETNOGRÁFICO DE CANTABRIA


Foto: Maine Mainé
Museo Etnográfico de Cantabria
Muriedas, Santander

El Museo Etnográfico de Cantabria, en Muriedas (Santander) está albergado en la casa natal de Pedro Velarde, una sólida edificación de finales del siglo XVII,que fue restaurada en los años 60 y declara Bien de Interés Cultural en 1985. En la planta superior de la casa se ha reconstruido la estancia de don Pedro Velarde, capitán de Artillería y protagonista del levantamiento contra los ejércitos napoleónicos, en Madrid, el 2 de mayo de 1808. Entre los objetos que se muestran es preciso destacar la cama, de estilo "Directorio"; la ejecutoria de nobleza de la familia Velarde, sellada en Flandes en 1652, y un gran sillón blasonado procedente de Boo de Piélagos, en cuyo respaldo están tallados los escudos de armas de los linajes Velarde y Cevallos.

El Museo fue inaugurado el 12 de octubre de 1966 y sus fondos están integrados por objetos de distinta cronología, de diferente estilo, de diversa utilidad y de variada procedencia, dando lugar a notables colecciones entre las que hay que resaltar: Muebles populares, útiles de cocina, herramientas de oficios tradicionales, así como destacadas piezas singulares de gran valor etnográfico muy representativas de la cultura material de la región.

Gracias, Aurelio por haberme mostrado la belleza del Museo, acercándonos, así, a las costumbres de la vida rural tradicional de Cantabria.

Un lugar de recomendada visita.

Santander, Santander...volveré.

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