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I MACCHIAIOLI

Ana María Nemi G.



Uno de los movimientos artísticos más importantes del Ottocento italiano, nace en Florencia, en 1856. Estaba formado por jóvenes artistas provenientes de diversas regiones y con diferentes tradiciones artísticas.

El término macchiaioli, se usa por primera vez en el año 1862 en la "Gazzeta del Popolo", que de un modo despreciativo define así al grupo de artistas que en el año 1855 había originado una renovación antiacadémica de la pintura italiana. Los Macchiaioli se oponían al Romanticismo y al Academicismo, mientras afirmaban que la imagen de la realidad es un contraste de manchas de colores y de claroscuro.

En este tiempo, la sala del café Michelangelo, en Via Larga, hoy la Vía Cavour, en Florencia, era el punto de encuentro de los artistas de la vecina Academia que amaban intercambiar ideas en una atmósfera -tal vez confusa y agitada- pero llena de estímulos y fermentos creativos.


G. Fattori


Guiseppe Abatti

El arte de estos pintores, como lo define Adriano Cecioni, teórico y crítico del movimiento, consistía: "En devolver las impresiones que recibían de la realidad a través de manchas de colores, de claros y de oscuros."-

A su regreso de París el crítico Diego Martelli, en el transcurso de una importante conferencia sobre los impresionistas, dada en Livorno, habla del salón del café Michelángelo, describiéndolo "como un lugar rico en discusiones sobre arte y de cómo difundir la cultura figurativa local, traspasando los límites de la provincia toscana, internacionalizándola."

El movimiento de macchiaioli nace afirmando que la forma no existe pero es creada por la luz y que el individuo ve el mundo circundante a través de formas no aisladas del contexto de la naturaleza, sino como manchas (macchia) de colores, distintas o superpuestas a otras manchas, porque la luz golpea los objetos y se reenvía a nuestros ojos a través del color, que es para el individuo el único modo de entrar en contacto con la realidad que deberá ser restituida en la obra como una composición de manchas.

Ésta es la teoría que ejerce influencia en el movimiento Impresionista francés, nacido algunos años después, informado de las nuevas tendencias a través de las frecuentes visitas a París, de los artistas italianos.


Silvestro Lega


Telemaco Signorini

En el año 1859, llega a Florencia un pintor cuyo aporte será fundamental para el desarrollo del arte en Italia: Nino Costa.

Los principales exponentes del movimiento son: Cristiano Banti, Silvestre Lega, Telémaco Signorini, Giovanni Fattori, Odoardo Borrani, Vincenzo Cabianca, y Raffaello Sernesi.

Fattori se considera un pintor de personas más que de paisajes, aunque estas figuras son generalmente puestas en paisajes imaginarios que demuestra su dominio del color sobre la influencia de la luz y de las sombras. Fattori es hoy visto como uno de los miembros más notables de este movimiento artístico, mientras en su tiempo era considerado revolucionario o ridículo, según el punto de vista académico, en vez de un vanguardista.  En sus últimos años, Fattori es el maestro de una nueva generación de artistas: Lorenzo Viani, Oscar Ghiglia y Amadeo Modigliani, que dan comienzo al Novecento.

Otros artistas importantes, pero que proceden de la escuela de Castiglioncello y que se reunen entorno a la figura de Diego Martelli, son: Federico Zandomeneghi, Giuseppe De Nittis, Giovanni Boldini y Vito D`Ancona. 

Las manchas de Signorini, el lirismo de Costa, el tema de la guerra, constituyen importantes impulsos para el desarrollo del movimiento de Macchiaioli. Sus obras tienen en común la búsqueda de temas y paisajes al aire libre en la naturaleza, en el campo, la relación entre el color y la luz y las transformaciones aportadas, primero por Telémaco Signorini de la mancha claroscuro a la mancha tonal, sintética y luminosa. Las búsquedas políticas, las sucesivas desilusiones y el consiguiente rechazo por el país, los lleva a evadirse de la realidad refugiándose en la bella naturaleza toscana, en el laborioso mundo campesino, genuino y no contaminado de la nueva sociedad industrial.

A finales del séptimo decenio, el movimiento inicia una profunda transformación, comienzan a tomar distintos caminos, luego de haber tentado, inútilmente, superar la frontera regional de transformar el nuevo lenguaje figurativo de la Italia del Resurgimiento.

Dos de los protagonistas, Sernesi y Abati, mueren ese año; Lega, busca nuevas soluciones artísticas; Signorini, se aproxima hacia el realismo internacional; Fattori, construye un mundo pictórico siempre muy personal; otros jóvenes pintores, como Tommasi, Cannicci, Gioli, comienzan a seguir la tendencia del fundador del movimiento.


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