Y DESPUES DE TANTO

Rebeca Montañez

Y después de tanto,
ya no sé si ha valido
la pena este naufragio.
Somos como la escarcha,
signo sutil de lo que fue,
cansina carga que fatiga,
que no nos atrevimos a dejar.
En tanto el tiempo nos legó
la herida y el sarcasmo,
el palmario deseo de escapar,
la añeja costumbre que se disuelve
en el café de una mañana raída,
o en la pasión nocturna y ensayada,
hueca forma de adornar la cama
de rutinas y apariencias.
Y aquí seguimos mirando
la tarde a través de la ventana;
resignados a la lánguida,
implacable condena
de sabernos atados a memorias
al miedo que repta , crece,
que reseca y remata
a cada cual su verdad.
Lo conocemos tanto
que preferimos esta senda,
soledad en compañia,
palabra sin sonido,
y al final...
seguir unidos en la muerte-vida
de conformidad.



VOY A DEJAR...

Rebeca Montañez

Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler, me duele hasta el aliento
Miguel Hernández



Voy a dejar abandonada
esta añoranza,
la vestimenta que me aísla,
voy a soltarme de tu mano
con presteza.
Atrás queda mi socorrido
extenso oficio lacrimoso,
voy a exiliarme.
Cae el telón de terciopelo,
la musicalidad se apaga,
no quedan luces,
Pasos endebles se desgastan,
breve ritual hacia la nada.
Duermo silencios.
Dejo la lápida de mármol,
los viejos sueños desgajados.
Nada hará falta
en el borde de mis latidos
o en los últimos instantes.
Se puede afirmar
ya en este viaje codiciado
que si viviendo todo falta
tal vez, quizá,
sea, muriendo todo sobra.