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PIERRE AUGUST RENOIR

Ana María Nemi G.

(1841-1919) Pintor francés, nacido en Limoges y fallecido en Cagnes-sur-Mer. Pierre Auguste Renoir es uno de los pintores más ilustres de su época, clasificado generalmente entre los impresionistas. Cuando apenas contaba 20 años, sus cuadros eran ya aceptados en el Salon.

Posteriormente, sin embargo, sufrió la influencia de los artistas que exponían en el Salon des Refusés, así como de la obra de Manet, y quedó tan íntimamente vinculado a los impresionistas que en 1874 y 1878 figuraron sus cuadros en las exposiciones de esta escuela. El estilo de su madurez es enteramente personal, por lo que no se le puede encuadrar absolutamente en ninguna de las múltiples escuelas pictóricas establecidas.
Sus experiencias juveniles constituyeron una preparación verdaderamente única para su carrera. En París, adonde se trasladó su familia en su temprana infancia, Pierre Auguste Renoir entró a trabajar a los 13 años en una fábrica de porcelana, donde se dedicó a la tarea de pintar bocetos sobre china. En 1858, al quebrar la fábrica, Renoir, que entonces contaba 17 años, trabajó como decorador de abanicos y sombrillas. Este trabajo requería frecuentemente la copia de cuadros, especialmente de los pintores franceses del siglo XVIII. 
Esta actividad artesana influyó decididamente sobre su preferencia posterior por los tonos claros y por los pintores de este período. Sus ganancias le permitieron financiar sus estudios con el artista franco-suizo Charles Gabriel Gleyre.

En la academia de Gleyre tuvo por compañeros de estudios a Bazille, Monet y Sisley. En sus excursiones a los parques de Fontainebleau, conoció al paisajista Díaz, quien le dio útiles consejos sobre arte. Este período marca también el comienzo de su amistad con Cézanne, que se prolongó durante muchos años.

Sus primeras obras muestran, sucesivamente, la influencia de Courbet, Delacroix y Manet. Entre los cuadros más famosos de la época impresionista de Renoir destaca Le Moulin de la Galette, representación al aire libre con numerosas figuras encantadoras bañadas por jirones de luz solar. El color es desigual y carece de negro, elemento que por entonces Renoir descartó de su paleta. Corresponden también a este período El columpio y El bailarín.

En la pintura de retratos ganó siempre un dinero fácil. Sus retratos de mujeres y los delicados y simpáticos de niños siguen figurando entre sus obras más conocidas. En 1879 era especialmente famoso en este terreno y comenzó a atraerse una clientela distinguida. A este período corresponde Madame Charpentier y sus hijas, que presenta a una madre con sus hijas, lujosamente ataviadas, con un perro a los pies. El fondo del cuadro aparece muy cuidado y muestra en el ángulo superior derecho un delicioso bodegón.

En 1879, la prosperidad material del pintor le animó a contraer matrimonio, de cuya felicidad dan muestra los cuadros en los que utilizó a los miembros de su familia como asunto. Dos años más tarde, en 1881, durante su viaje por Italia pintó en Palermo un original retrato del compositor Richard Wagner, que solamente posó ante él durante veinticinco minutos. 

A partir de esta época Pierre Auguste Renoir revela mayor elaboración en sus diseños. Asimismo empieza a prestar mayor atención a los maestros antiguos, cuyas obras estudia en los museos, y dedica más atención a los problemas del volumen de las formas humanas y sus valores plásticos que a la simple captación de la coloración fugitiva y fluctuante de la superficie. 

Mientras tanto, continuó pintando una gran variedad de temas con estilos dispares, dentro siempre de su característico colorido y de su especial predilección por cuanto de bello se hallaba a su alcance: flores, paisajes, niños con vestidos vistosos y grupos de personas unidas por lazos familiares. Finalmente evolucionó a su tema favorito del desnudo femenino en forma de ninfas o bañistas. Los desnudos, en la plenitud plástica de la carne expresada con tonos cálidos y resplandecientes, forman generalmente parte del paisaje. En la colección de la Fundación Barnes (EE.UU.) existen varias magníficas muestras de estas Baigneuses.

Durante los últimos 20 años vivió Renoir casi completamente impedido por la artritis. Los médicos le aconsejaron un cambio de clima y en 1907 se estableció en Cagnes, en el Sur de Francia, donde continuó pintando a pesar de su enfermedad, aun cuando tenía que atarse los pinceles a las muñecas, ya que no podía sujetarlos con los dedos.

Durante esta época sus lienzos se nutren de amplias formas plásticas. Ya no eran posibles las delicadas tonalidades de sus primeras obras y los cuadros de esta época se caracterizan por el predominio de los rojos intensos. La obra última del pintor tiene ecos de Rubens y demuestra que había aprendido mucho de los venecianos y que pintores franceses dieciochescos, como Boucher y Watteau, no tenían para él secretos. No obstante, la elección de los temas contemporáneos y su presentación realista hacen del artista un pintor francés típico de su época.
Se atribuyen a Renoir más de 4000 cuadros, que enriquecen numerosos museos europeos y norteamericanos: Lisa, El palco, El desayuno, Baile en Bougival, En la terraza, etc.

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