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PAUL GAUGHIN (1848-1903) 

Ana María Nemi



Eugene Henri Paul Gauguin, pintor postimpresionista francés, cuyos colores exuberantes, formas bidimensionales planas y temática contribuyeron a dar forma al arte moderno, nació en Paris el 7 de junio de 1848, durante la fase más violenta de la Revolución. De su padre periodista y su madre de vida turbulenta, Paul Gauguin, vivió una vida de aventuras, cargada de exotismo.

Gauguin es el ejemplo que representa el mito del bohemio y del primitivismo. Él encarna la necesidad de unir arte y vida. Esta es una utopía presente en la vanguardia. Su pintura tiene un gran componente ético. Gauguin rechaza la cultura de Occidente y abandona la civilización en pro de los pueblos primitivos. Rechaza lo académico, valora la máscara africana, el arte románico y todas aquellas tendencias que estaban fuera de lo habitual. Él valora este tipo de arte no por lo que tiene de curioso y diferente, sino por su autenticidad. Él ante todo busca el encontrarse a sí mismo. Al refugiarse en mundos diferentes, encuentra la paz. En cambio; otros han dicho que sólo viajó a Tahití en busca de mujeres mulatas y sexo.

Después de una juventud aventurera, que incluye una estancia de cuatro años en Perú con su familia y un empleo en la marina mercante francesa, se convirtió en un agente de bolsa de París con éxito, llevando una confortable vida burguesa con su mujer, la danesa Mette-Sophie Gad, y sus cinco hijos. Bajo la influencia del pintor Émile Bernard, se alejó del impresionismo y adoptó un estilo menos naturalista, al que denominó sintetismo.

Halló inspiración en el arte indígena, en los vitrales medievales y en los grabados japoneses, estos últimos los conoció a través de Vincent van Gogh en 1888, durante los dos meses que vivieron juntos en Arles, en el sur de Francia. Tras el altercado en el que Van Gogh intentó matarle, abandonó la ciudad. 

En 1874, después de conocer al pintor Camille Pissarro y ver la primera exposición de los impresionistas, se hizo coleccionista y pintor aficionado. Expuso con los impresionistas en 1876, 1880, 1881, 1882 y 1886. En 1882, debido a la quiebra de la Bolsa, decidió convertir su afición a la pintura en oficio. Un año después, su mujer e hijos se fueron a vivir con la familia de ella a Dinamarca.

En 1883 abandona definitivamente su carrera para dedicarse por completo al arte, abandonó a su familia y se refugió en la pintura.

Primero se movió en el Impresionismo, pero pronto evidenció un marcado antinaturalismo más sensible al poder evocador de los objetos y su carga emocional. Su pintura es casi un misticismo, ya que intenta desentrañar el sentido verdadero de la realidad. Es un pintor de contenidos y de enigmas del ser humano.

En 1891, arruinado y endeudado, se embarcó hacia Tahití escapando de la civilización europea, una sociedad gobernada por el oro, y de todo lo que es artificial y convencional. A excepción de una visita a Francia entre 1893 y 1895, permaneció el resto de su vida en las Antillas, primero en Tahití y después en las islas Marquesas.

No encontró allí un paraíso o un arte primitivo, ni tampoco unos cultos autóctonos. Por tanto, tuvo que crear sus propios mitos, su propia serie de alegorías, alternadas con paisajes, naturalezas muertas y retratos. Se llevó a Oceanía fotos de obras de arte griego, romano y egipcio, de cuadros de los pintores franceses del siglo XIX (Delacroix, Degas, Puvis de Chavannes) y de los relieves budistas del templo de Borobudur, en Java.

Las características esenciales de su pintura experimentaron pocos cambios, mantuvo la expresividad cromática, el rechazo a la perspectiva y la utilización de formas amplias y planas.   
Sin embargo, influido por el ambiente tropical y la cultura polinesia, su obra fue cobrando fuerza expresiva a medida que el tema se fue haciendo más característico, la escala de sus cuadros mayor y sus composiciones más simples.

EL SINTETISMO

Su estilo se ha incluido dentro del llamado "Sintetismo". En Pont-Aven contacta con Emile Bernard, que es el que le adentra en el Sintetismo, que implica un cambio radical con respecto al Impresionismo. Bernard le hace partícipe en el uso del color. Apuestan por las áreas planas y sin matizar, también se dan importancia a los contornos marcándolos.

Lo que hay que pintar es la idea que elabora el pintor después de su experiencia concreta. El filtro de la memoria que quita lo superfluo y retiene la esencia, así se consigue la síntesis de forma y color. Prima la imagen basada en el recuerdo. Gauguin contactó con L.Anquetín amante de los monócromos y unificador del color; también se vio influido por él.

El año 1897 fue desastroso para él, culminando con la noticia de la muerte de su hija favorita, Aline, y la ruptura final con Mette. Totalmente desesperado, pintó su obra más grande, más ambiciosa y más filosófica: ¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿A dónde vamos?. Sobre este cuadro escribió Gauguin: "Mi sueño es intangible, no es una alegoría. Citando a Mallarmé: es un poema musical que no necesita libreto". Acabada la obra, cometió sin éxito un intento de suicidio. Pintó poco durante sus últimos años en Tahití (y nada en 1900). Pero en 1901 se traslado a las Islas Marquesas y, algo mas animado, pintó varios lienzos importantes en sus dos últimos años de vida. Siguió esculpiendo, y en enero de 1903 terminó una obra autobiográfica, Adelante y Atrás. Después de su muerte una gran exposición retrospectiva, celebrada con ocasión del Salón de Otoño de 1905, garantizó su influencia en el arte del siglo XX.


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