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MIRADA A LA VIDA
Angel Sanz Goena
Mirada a la sensibilidad de la vida, a su exquisitez, a toda esa manifestación tan hermosa que podemos contemplar cada día a nuestro alrededor. Al canto del amor, a la dulce expresión de un amanecer silencioso o un atardecer luminoso. El mundo maravilloso que tenemos a nuestro alcance constantemente, y que muchas veces dejamos de sentirlo. A todo el esplendor de nuestro entorno: pájaros volando, nubes pasajeras, fuentes iluminadas, árboles en flor, flores desnudas. Todo esto son voces de la vida, que nos va trasmitiendo su sentimiento y su canción. Su música callada y su luz, tenue como brillante, nos alumbra más allá de nuestros sentidos. Situaciones que podemos disfrutar simplemente apreciando y valorando su hermosura; intentando estar despiertos a la fuerza de la vida. Momentos bellos que nos trasladan a su grandeza, su riqueza, su magnificencia.
La Naturaleza nos ofrece compartir vivencias transcendentales, fuera del razonamiento humano. Experiencias llenas de vida, sensaciones coloreadas con la visión interna de nuestros sentidos etéreos.
La mirada a la vida es más profunda de la simple realidad cotidiana que vivimos constantemente; permanece abierta a aquellas personas que desean vislumbrar la belleza real de nuestra existencia.
El amor, sendero fiel del hombre, acompaña como peregrino el eterno caminar del ser humano.
Y en el olor de la esencia mística,
en el tacto de la sensibilidad de los velos místicos,
en la escucha de la música de la Luz,
en la visión de los horizontes del tiempo,
está la cima más elevada del alma humana.
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