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LA MEJOR NOCHE DE MI VIDA

Sonia Varguillas de Utrera

 

Era una mañana como cualquier, ella había tratado de descansar, pues ese día sería sumamente agitado, pero sin saber, su corazón latiría con mayor fuerza  y sus pensamientos la haría recordar un triste pasado, para al fin, despues de tantos años, tener un encuentro con la etapa de su vida que había sido truncada, convirtiéndola en una mujer con alma un poco alejada, sumida siempre en sus pensamientos y añorando lo que no había podido ser.

Vivía con sus hijos ya grandes, en una humilde vivienda, al final del camino, que descendía por la ladera, en cuyo comienzo, había una gran y bella mansión ocupada por tres jóvenes y un hombre ya maduro, quien siempre descansaba por la tarde en el jardín.

Poco a poco, fue moviendo hilos, hasta que llegó el tan ansiado y esperado día; volver a ver, al que por siempre había sido su amado.

Uno de sus hijos, al enterarse, quiso llevar un reportero gráfico para que tomara los detalles del tan ansiado acontecimiento, pero ella lo rechazó categóricamente y le dijo que todo debía ser un momento sagrado entre ellos dos y nadie más.

Subió al hermoso jardín y se acercó al hombre maduro, se paró frente a él y extendió sus brazos, él también lo hizo, y fue el milagro del amor realizado; frente a sus ojos, su rostro comenzó a transformarse y ella, lo miró como aquel día, cuando quedó prendada de él, para siempre.  Se unieron en un suave y tierno abrazo, mientras ella, con voz suave, le decía, “he llorado por ti, por todos estos años”, a lo que él contestó, “tu me has hecho mas falta de lo que pude imaginar”, y así quedaron un tiempo, abrazados y en silencio.  En pocos segundos, recuperó el amor que había sido alejado de ellos por tantos años; luego se pusieron al día en todos los acontecimientos de sus vidas.

Ella, con el corazón agradecía a DIOS, que al fin pudiera recuperar lo que un día había perdido, por la voluntad de una persona, quien había sembrado entre los dos una inmensa barera llamada: Clase social, dinero (cosas que ella odiaba con toda su alma).  Pero ahora, todo sería diferente, en adelante, estarían fundidos en un sólo corazón, ella lo cuidaría y le daría todo el amor que había guardado en aquel pecho herido, y que hoy había despertado con lágrimas en los ojos, pero tranquila, feliz, de haber eliminado aquella barrera; de ahora en adelante, serían uno solo, hasta la muerte.

Ella, sentía aún el corazón apretado dentro de su pecho, las lágrimas, corrían por sus mejillas, pues aquella noche, la mejor noche de su vida, solo había sido un sueño y nada más.

16-IV-2002

 

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