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LA GIOCONDA, DE LEONARDO DA VINCI
Ana María Nemi G.
(seudónimo Macarena Vega Iriarte)
La Gioconda, conocida también como La Monna Lisa, es probablemente el retrato de una dama florentina de nombre Lisa Gherardini.
Dejo de lado la vieja polémica acerca del verdadero sexo y filiación de la modelo.
Su imagen pintada sobre un fondo de paisaje vaporoso, resalta la figura de esta mujer, cuya enigmática sonrisa constituye lo más atractivo del cuadro en que Leonardo ha conseguido su máxima aspiración: plasmar el alma
humana.
Es el retrato pintado más famoso de la Historia del Arte y quizás el cuadro más famoso de la historia occidental.
Su fama se debe a la personalidad genial de su creador, la calidad pictórica de la obra, y hasta a las dudas sobre la modelo que posó y la historia misma del cuadro. Además es la gran obra de Leonardo, si tenemos en cuenta que siguió retocándola hasta sus últimos días. Hay versiones de afirmaciones de que se trata de un autorretrato del mismo Leonardo.
Vasari, hace una buena crítica y descripción del retrato. La dama está sentada en un sillón, apoyando los brazos en los del asiento. Como telón de fondo aparece un paisaje inspirado en los que Leonardo pudo ver en Los Alpes, en su viaje a Milán.
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Los ojos de la Monna Lisa, tienen una brillantez lustrosa y los matices de la figura están realizados en colores pálidos, rosados y
grises. El modelado del rostro es sorprendentemente realista. Leonardo ejecutó este cuadro con paciencia y
virtuosismo. Pero aún más que el virtuosismo evidente del autor, señalo que Leonardo pudo captar la vida y el ánimo de la
modelo. Por tal, Vasari dijo de la obra "que sus ojos límpidos, tienen el resplandor de la
vida".
La técnica empleada por Leonardo fue utilizar innumerables capas de colores
transparentes, llamadas veladuras, que dan por resultado ese insinuante y delicado claroscuro que denominó
"sfumato". Nadie ha podido igualar jamás, el
"sfumato" leonardesco. Las pestañas y las cejas están perfectamente diseñadas, lo cual implica el dominio de una gran técnica. La nariz es bellísima…
La descripción que efectúa el crítico, choca un poco en la actualidad con el aspecto que presenta el
lienzo, pues el tiempo ha hecho que todos esos detalles, sobretodo las pestañas y las
cejas, ya no puedan apreciarse con la misma nitidez que antaño. |
Vasari, sigue contando que mientras pintaba, Leonardo tenía siempre alguien a su lado, que cantaba o tocaba algún instrumento musical o contaba historias y de esa manera el gran pintor consiguió la expresión placentera y la sonrisa dulce de La Gioconda, característica enigmática que ha sido comentada siempre a través de los años.
Pese a sus escasas medidas, el cuadro, esconde múltiples misterios tras el gesto de sus manos, su mirada, sus peculiares rasgos y la media sonrisa, más famosa de la Historia del Arte.
El retrato no está firmado ni fechado. Se sabe que fue un encargo de un rico y noble comerciante de Florencia, Francesco de Giocondo, en el año 1503, que deseaba tener un retrato de su
esposa. De ahí el nombre de La Gioconda. El apelativo de Monna Lisa procede de la identidad de la dama, Lisa, y de la abreviatura de madonna, monna, señora, en
italiano. Parte del enigma de la obra se debe a la genialidad de Leonardo. No solo fue uno de los más grandes pintores del Renacimiento, sino que además fue científico, escritor, dibujante, arquitecto, inventor, constructor y teórico del arte.
Protegido por Lorenzo de Médicis y recomendado por éste para servir al duque Sforza, en Milán, en 1482 ya se presentó ante éste, como ingeniero inventor. Luego estuvo al servicio de otras aristocracias, terminando en la corte francesa de Francisco I.
Murió en Amboise en 1519.
No fue un pintor prolífico. Dejó pocas obras, aunque excelentes, como La Anunciación (Galleria degli Ufizi), La Última Cena (Convento de Las Gracias, en Milán) o la Bella Virgen de las Rocas (Museo del Louvre)
Pero su obra máxima fue La Gioconda.
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