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COMENTARIOS SOBRE UN OLEO DE BEYLA MEDINA

Leonardo Lozano

Detrás del título escogido por la pintora Beyla Medina, "Guindando la Ropa", furtivo y tácito, se nos insinúa, persuasivo, otro nombre: "Riqueza". 

La gente sencilla de los pueblos venezolanos, guarda sus tesoros en bahareque (material constructivo hecho a partir de caña y barro, con que las personas de los caseríos construyen, ellos mismos, sus viviendas). Esa casa humilde que se aprecia en la obra, es el palacio de una monarca de la sencillez. Quien tiende, allí, la ropa al sol, es una noble cortesana de la naturaleza. Una mujer que se sabe dueña del astro de oro. Y él, rey indiscutido del firmamento, guarda para sí, tareas tan sencillas como secar, con sus rayos, la ropa guindada en los tendederos.


"Guindando Ropa" Oleo s/ lienzo  Autora: Beyla Medina 
Las guerras independentistas, en Venezuela, dejaron un saldo de valientes matriarcas, viudas que impulsaron aquella patria. De modo que, las hazañas que los hombres realizaron en los campos de batalla, tuvieron silencioso émulo en el ámbito familiar: Sus mujeres tesoneras, que ni siquiera se supieron heroínas. Esta situación social, económica y política, fraguó en el componente femenino de aquella patria, un carácter vigoroso y tenaz que, en la Venezuela descrita, se compaginó con la característica dulzura maternal de las mujeres del mundo entero, y que, en la vida campestre de la tierra de Bolívar, soslayaba lo vano y remarcaba lo esencial. 

Luego de contemplar la obra de Beyla Medina, una vez que se conoce a Venezuela, habiendo comulgado con las luces tropicales y el sorbo cromático que reposa en la memoria y la retina del alma; una vez que el intelecto paladea la silente nobleza que guarda la historia de esa patria en sus mujeres, no sabemos como hizo la pintora, pero introdujo a su país, y a la historia de su tierra, en un recuadro. Se diría que, más bien, nos encontramos ante el autorretrato de un pueblo venezolano, es decir, la luz se plasmó a si misma a través de su mano virtuosa, al igual que la esencia de los cerros, y los árboles, y sus animales. Es una oportunidad de quedar maravillados asistir ante el encanto de esta obra, y dejarse atrapar por el sortilegio del arte, en la luz y los colores de Venezuela, recogidos por el genio de una artista dilecta de esa patria. 

Ante el óleo, no hemos podido menos que sentir orgullo latinoamericano por su autora, y alegría, pues, esos trazos maravillosos ilustran al corazón y al intelecto, los ecos preferidos de la tierra venezolana. Uno queda sorprendido ante la leve cortina de bruma que, más que verse, en su cuadro, se respira. Lo anecdótico que encierra el paseo confiado de las gallinas, picoteando por el patio. El acorde cromático, que resume en sus colores la vegetación venezolana y lo pintoresco de aquellos pueblos, donde el conjunto de casitas es tan colorido y variado como el de las flores. El juego de enfoque y desenfoque, conjugados entre la corteza de un árbol que anuncia sus detalles y el paisaje que se difumina en lontananza, y esa verja grácil, que con palos endebles le enseña al soberbio caminante, que la verdadera riqueza, la que nace de no llenarse de objetos superfluos, la que deviene de ser sencillo, no requiere de inquietos cuidados ni vigilias, ni de grandes muros, porque, a esa riqueza no hay ladrón que la robe, ni tiempo que la pueda corroer. La mujer está de espaldas porque no teme, ella vive, en su mundo, confiada. Esa sencillez de cabeza erguida que nace de la riqueza de no tener mucho, surge impoluta en los campos venezolanos, donde a la par de la naturaleza, las madres transmiten lo esencial de la vida a sus pequeños.

Con su trabajo, Beyla Medina, más que ser una pintora, se ha crecido ante nuestros ojos como una verdadera e insólita cronista de la luz venezolana, en sintonía franca con el grito patrio, que proclama, desde América, una forma propia de ver el mundo, de construir valores, y una nueva riqueza, orlada de ropajes tan sencillos como dignos, y plenos de la historia de un país, que tan sólo se rinde ante el espejo azulado del Caribe. 

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