VEJEZ...
Ricardo
Brillembourg
Trazos de lo hecho y lo sentido
Surcos de lo trabajado y de lo evitado
De lo construido y lo perdido
De lo conquistado y lo sacrificado
Traza del alma vivida y presente
En un tránsito único y singular
A solas con su mansa sabiduría
Extraída del sendero forjado
Entre incertidumbres y asombros
Experimentos y contradicciones
Rostro de una humanidad realizada
Desgastada en penas y amor
Moldeada por hábitos y actitudes
Sueños y voluntades reiteradas
Sonriendo callada y apaciguadamente
Sus lágrimas de serena nostalgia
Perfil de un sin-fin de vidas en una vida
Acoso del implacable tiempo
De segundos en años en segundos
Premura de seguir adelante sin tiempo
Hasta el encuentro del próximo encuentro
Hasta entregar finalmente la Cruz sobrellevada
Huellas del rastro de una vida
En otras y tantas vidas
Herencia desdoblada y enriquecida
Que entre misterio y sorpresa
Dibuja sin pausa en su ternura
El plácido rostro de Dios
Infinitésima versión de la eternidad
Reflejo de un ocaso de oportunidades
Historia de tantas historias
Memorias interrumpidas .. peregrinas …
Extraviadas … itinerantes …
Únicas y singulares
Carcaza esculpida por la muerte
En su canto a la vida
De la cual te despojas finalmente
Para dar paso a la siguiente vida
Belleza de edad temprana
Que mueres ante un alma crecida
En pos de su particular eternidad
En testimonio asombroso y permanente
De la belleza que jamás expira
De un amor que sin tregua perdura
Al abrigo de la presencia Divina
Sí, eres realmente tú, vejez vivida
Juventud sublimada en cualquier vejez
De tu vejez de todos los tiempos
Que talla la muerte al nacer
Vejez de toda la vida que en ella se renueva
Y que solo decanta lo trascendental
Que solo exhibe lo fundamental
¡Verdad desnuda!
Oh presagio de muerte
Que reclamas eternidad
Oh muerte que anuncias lo sagrado
Que destilas lo esencial
Oh entrega cúlmen de nuestro ser
Que nos aproxima a las entrañas del Creador
Y solo habla calladamente de amor y desamor
¡Regrésame a la hermosura de Dios nuestro Señor!
Abril 2003
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