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MI BARRIO

Raphaël Marí Caselles

 

Mi barrio es uno de los barrios antiguos de la milenaria Ciudad de Barcelona (España); se llama Pueblo Seco "Poble Sec" está ubicado cerca del Puerto y a la falda de la emblemática montaña de Montjuich; corresponde a la zona de Sants -Montjuich. Esta zona está llena de museos y jardines, así como también por el Estadio, El Sant Jordi, El Museo Nacional de Cataluña, El Etnológico, Las Fuentes de Montjuich, el Teleférico, que sube hasta el Castillo, atalaya con una maravillosa vista sobre la ciudad y su puerto, hay además otros edificios importantes como el antiguo Mercado de las Flores, hoy convertido en teatro, el edificio modernista, rehabilitado, "Casa Ramona", etc.etc. 

En este barrio han nacido y vivido, desde siempre, y aun hoy es residencia de muchos acreditados artistas de diversas facetas, como por ejemplo el compositor y cantante Juan Manuel SERRAT, que nació a escasos metros de distancia de casa y fue vecino mío durante muchos años. Mi barrio es cuna de gente de teatro, de cine, escritores, pintores y un largo etcétera dentro del panorama cultural.

Una vez ubicados en la zona diré que habito encima del Paralelo, al lado de una Plaza llamada del Sortidor, ya que antiguamente había allí una fuente natural, que brotaba del suelo, y más concretamente en la calle Blasco de Garay, nombre que se corresponde con el inventor del primer barco con ruedas.

Lo más importante y que llena de vida, son las personas, al lado de la plaza hay una escuela y a la hora del recreo se llena de gente joven que rien, juegan y en corrillos hablan de sus cosas; entre ellos, la gente mayor del barrio que los observa y quizá con nostalgia piensa en sus años mozos, esta juventud tan diferente a la suya que se vió truncada por la guerra, sus penas y privaciones. Gentes ellos con muy diferente mentalidad, más inhibida, más directa, más a lo suyo, apolíticos.

Diariamente paseo mis perritos y aprovecho para hablar con las personas mayores, escuchar sus opiniones sobre los sucesos de la actualidad. En oportunidades me hablan de la guerra, de los bombardeos, de las bombas que cayeron en el barrio, los refugios, de los que, hoy aun, en el barrio se conserva uno, para la memoria.

Hoy, con esta juventud tan diferente de la nuestra y no siempre en el efecto positivo, que no respetan demasiado a sus mayores, hace que, al vernos rodeados de ellos, sintamos muchas veces inquietud, sobre todo por las noches con lo del "botellón" además todo lo ensucian, pese a que hay multitud de papeleras y el servicio de limpieza funciona, eso claro está, por suerte es una minoría.

El barrio ha cambiado, han ampliado las aceras, han sembrado árboles, hemos ganado en la limpieza, se han derribado muchos edificios para hacer otros nuevos, algunos, centenarios ellos, han sido rehabilitados. Los precios de venta y alquiler se han disparado, menos mal que la gente que ha vivido siempre en la misma casa los tiene baratos, ya que sus pensiones no les permitirían pagar esos precios abusivos. El resto, se tiene que hipotecar por años.

Foto: Raphaël Marí Caselles

Últimamente hay otros cambios tan evidentes como los anteriores, por la calle se ven circular gentes de distintas razas, que hablan otras lenguas, visten algunos de diferente manera, de acuerdo a su país y costumbres y mucho me temo que esto nuestro empieza a ser una Babel; se han instalado también en el barrio muchos hermanos hispanoamericanos, que, con su habla, ese castellano pintoresco y alegre, su piel de ese color -como el nuestro cuando estamos bronceados- su alegría y su forma diferente de ver y vivir la vida, hace que el barrio haya sufrido un cierto cambio.

Un barrio que hace muchos años era el barrio del espectáculo con muchos cines y teatros, se le llamaba el barrio de las noches golfas, había mucha gente que acudía a los espectáculos, las terrazas por la noche estaban a rebosar con clientes enfrascados en acaloradas conversaciones, había mucha alegría, la gente empezaba a tener coche y todos empezábamos a hacer vacaciones, también comprar TV, cuyos programas y películas nos tenían a todos pegados al televisor hasta altas horas de la noche, y en días de fútbol, se oía cantar por todo el barrio el gol cuando esto sucedía, sobre todo si el equipo que jugaba era el" Barça" o el Español.

Lo más importante a pesar de la falta de libertad, era la seguridad al circular por la madrugada, incluso las mujeres. Por aquel entonces, el Periódico "El Caso", nos escandalizaba con los sucesos de todo el país, y, por desgracia, esto se ha multiplicado en la actualidad.

Más allá por encima de los tejados, se divisa, emblemática ella, la Sagrada Familia y otros edificios muy interesantes por su estilo modernista.

Ante el aumento de hurtos, nosotros parecemos estar en un remanso de paz, ya que por aquí no se manifiestan tanto como en otras partes.

Para acabar diré que lo triste de la cuestión, aunque lógico, es que por su edad se va viendo desaparecer a bastantes vecinos, la mayoria debido a su avanzada edad.

Los que quedan se dedican a actividades tan interesantes como el Internet, la petanca, el ajedrez, pintar o también cantar en alguna Coral, jugar al dominó, a las cartas, y por que no, ir a la biblioteca.

Y es que esto, señores, es la Vida y ver pasar la Vida.